Asana es el nombre que recibe cada una de las posturas que adopta el cuerpo en la práctica de Yoga. A veces, va seguido de algún movimiento para pasar de una a otra fase del mismo. Cada asána forma una unidad completa por sí mismo y está estudiado para que produzca simultáneamente los siguientes efectos:

* Pone en acción unos determinados músculos, huesos y articulaciones de un modo diferente a como se utilizan en la vida corriente.

* Ejerce una acción mecánica sobre diversas vísceras y glándulas, estimulando su mejor funcionamiento gracias a la compresión o masaje efectuado de este modo natural.

* Favorece la actividad de determinados nervios y plexos nerviosos, lo cual produce, además de su efecto físico, una modificación de la sensibilidad interna en profundidad y amplitud.

* Por unos instantes modifica el curso de la circulación sanguínea de todo o parte del cuerpo, dando por resultado su revitalización.

* Produce, de un modo natural, un determinado tipo de respiración, un particular estado de conciencia meditativa y un característico estado mental. Según los maestros hindúes, cada asana produce, además los efectos siguientes:

* Pone en contacto distintas corrientes pránicas (energía sutil) a determinados niveles, lo cual produce una definida acción estimuladora de la circulación pránica en general y su particular acumulación en determinados chakras (centros energéticos).

* Aísla al cuerpo físico y psíquico de ciertas corrientes de energía procedentes de la Tierra y del ambiente, o modifica la forma de su entrada, lo cual facilita el trabajo de meditación o la obtención de determinados estados mentales.

* Cada asana fundamental reproduce, simbólicamente, en el microcosmos (el hombre), una fase de la creación cósmica, lo cual induce, por resonancia o consonancia de formas, un específico estado de conciencia espiritual.

* Constituye una puerta por donde la conciencia del hombre, debidamente despierta e integrada, puede profundizar y extenderse hasta más allá de su habitual limitación personal.

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Consejos para desarrollar cada postura Asana

– Prestar una especial atención a la respiración para relajar y centrar la mente.

– No precipitar nunca los movimientos, realizar cada postura lentamente. Es necesario mantener la posición un mínimo de 30 segundos en cada asana, siempre respirando con tranquilidad.

– Si se experimenta cualquier tirón muscular o dolor fuerte al realizar una asana, no sacudir ni detener bruscamente el cuerpo, respirar con tranquilidad y deshacer la postura.

– No hacer esfuerzos excesivos, realizar la postura según las capacidades propias.  El yoga no es competición.
– No espere ni intente conseguir desde los primeros días la ejecución completa de los asanas. Es necesario un período de adiestramiento para la mayor parte de los ejercicios.

Deje transcurrir siempre media hora, como mínimo, entre las comidas y los ejercicios de Yoga y no los reanude hasta transcurrida hora y media de las comidas ligera y tres horas y media de las fuertes.

– Después de los asanas no se duche inmediatamente. Espere media hora como mínimo.

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