Mi vida Vatta

Yoga

Los tiempos que vivimos pueden calificarse de diversas maneras, y desde una perspectiva sociológica me parece apropiado hablar de la “cultura del titular”, en la que todos sabemos un poco de todo, pero son pocos los que saben mucho de algo.

Otra forma de expresar la idea es que, actualmente, el deseo de profundizar es contracultural. Una prueba sintomática es que miramos por encima el periódico (digital) y nos quedamos con datos superficiales de todo el mundo, aunque en general no entramos a leer la noticia (quizá porque hay que pagar suscripción).

Sabemos que hay guerras, pero no conocemos el por qué. Sabemos quién gana las elecciones en países lejanos, pero no conocemos la verdadera vida de esos pueblos. Sabemos quién ganó el partido, pero no vimos el partido….

A la vez, en las redes sociales encontramos técnicas mágicas para solucionar grandes problemas, en videos de 1´ hallamos claves y tips que van desde la felicidad y la ansiedad, hasta perder peso o criar hijos, pasando por un huerto orgánico en tu balcón.

Si hablamos de Yoga, también nos quedamos con técnicas sueltas, ofrecidas al por mayor, ya sea ásanas o pranayama, consejos de meditación o frases celébres que, en nuestra ilusión de inmediatez, esperamos que milagrosamente cambien nuestros patrones arraigados durante vidas.

Así, la mente divagadora que se manifiesta en su apogeo en este momento histórico encuentra su mejor y camuflado aliado en material efímero y superficial que nos habla de, irónicamente, aquietar la mente.

¿Cuál es el antídoto a todo esto? Poner cada cosa en su contexto. Cada información, cada técnica, cada frase reveladora…

Si un león está en el zoológico todavía es un león en esencia, pero es innegable que para merecer el apelativo de “rey de la selva” tenemos que verlo en su contexto original. De lo contrario estamos ante una versión limitada del león.

De la misma forma, por ejemplo, el ásana (postura de yoga) se convierte en Yoga cuando no es un elemento aislado y va acompañado de otras técnicas y, sobre todo, de una visión espiritual o sagrada.

Actualmente existen cursos de todo tipo (profesorados de yoga, masajes, fotografía, diseño, nutrición…) que duran pocas semanas y nos ofrecen la atractiva noción de que al hacerlo estaremos capacitados en el tema en cuestión.  Y aunque hay que ser ingenuo para creerlo, la mayoría hacemos la vista gorda porque el brillo de lo inmediato, con poco esfuerzo y escaso compromiso, sintonizan con la idiosincrasia actual que vive en la superficie de las cosas.

Por ello, el solo hecho de dedicar tiempo a contextualizar y profundizar es una actitud salmonera, de ir contra la corriente, pero no por capricho, sino porque demuestra un anhelo por volver a la fuente.

Y tú ¿Qué piensas? ¿Eres de profundizar o crees que picar un poco en cada flor es adecuado?

Desde la visión ayurvédica la energía vatta es la energía que lleva al movimiento, está compuesta de aire y éter. Esta fuerza nos lleva a estados cambiantes, activa nuestra imaginación y creatividad, nos saca del estancamiento, pero a la misma vez no nos permite crear raíz. Esta es la vida que llevamos hoy, el del me gusta y en 1` me gusta otra cosa, pero la relación con el compromiso y con el entendimiento profundo de lo que hago y por qué lo hago, se ha quedado en pensamientos de mentes antiguas y obsoletas.

Solo por el mero hecho de compartir contigo lo feliz que soy con mi práctica y mi estilo de vida, es que en cada clase trato de ir un poco más allá. Para mi el Yoga no es una asana, ni una técnica de pranayama que me ayuda a calmar la mente, hay una gran profundidad en todo lo que hacemos y cada año trato de avanzar en la metodología que uso para que puedas disfrutar, aprender, entender e interiorizar todo lo que hacemos en cada clase. Es mi deseo que cada año te encuentres más cerca de ti mismo y te permitas conocerte con más claridad y sacar capas que envuelven tu verdadera esencia.

Así que espero que, aunque todos llevemos una vida Vatta, como dice el ayurveda, podamos juntos este nuevo ciclo que comenzamos, crecer y permitirnos profundizar más en nosotros mismos. Desde el amor y la gratitud hacia el regalo más hermoso que tenemos que es ESTAR VIVOS.

Y por último, quiero agradecer la colaboración de Laura León Tablado, como profesora de Amantes del yoga desde hace ya un año, es un placer que puedas disfrutar de las enseñanzas de este hermoso estilo de vida que es el yoga y el Ayurveda y de gente tan linda y llena de vida!!

¡Feliz vuelta a Clase!!

Namaste.

Con amor, Manshat Kaur.

Mi vida Vatta

Yoga

Los tiempos que vivimos pueden calificarse de diversas maneras, y desde una perspectiva sociológica me parece apropiado hablar de la “cultura del titular”, en la que todos sabemos un poco de todo, pero son pocos los que saben mucho de algo.

Otra forma de expresar la idea es que, actualmente, el deseo de profundizar es contracultural. Una prueba sintomática es que miramos por encima el periódico (digital) y nos quedamos con datos superficiales de todo el mundo, aunque en general no entramos a leer la noticia (quizá porque hay que pagar suscripción).

Sabemos que hay guerras, pero no conocemos el por qué. Sabemos quién gana las elecciones en países lejanos, pero no conocemos la verdadera vida de esos pueblos. Sabemos quién ganó el partido, pero no vimos el partido….

A la vez, en las redes sociales encontramos técnicas mágicas para solucionar grandes problemas, en videos de 1´ hallamos claves y tips que van desde la felicidad y la ansiedad, hasta perder peso o criar hijos, pasando por un huerto orgánico en tu balcón.

Si hablamos de Yoga, también nos quedamos con técnicas sueltas, ofrecidas al por mayor, ya sea ásanas o pranayama, consejos de meditación o frases celébres que, en nuestra ilusión de inmediatez, esperamos que milagrosamente cambien nuestros patrones arraigados durante vidas.

Así, la mente divagadora que se manifiesta en su apogeo en este momento histórico encuentra su mejor y camuflado aliado en material efímero y superficial que nos habla de, irónicamente, aquietar la mente.

¿Cuál es el antídoto a todo esto? Poner cada cosa en su contexto. Cada información, cada técnica, cada frase reveladora…

Si un león está en el zoológico todavía es un león en esencia, pero es innegable que para merecer el apelativo de “rey de la selva” tenemos que verlo en su contexto original. De lo contrario estamos ante una versión limitada del león.

De la misma forma, por ejemplo, el ásana (postura de yoga) se convierte en Yoga cuando no es un elemento aislado y va acompañado de otras técnicas y, sobre todo, de una visión espiritual o sagrada.

Actualmente existen cursos de todo tipo (profesorados de yoga, masajes, fotografía, diseño, nutrición…) que duran pocas semanas y nos ofrecen la atractiva noción de que al hacerlo estaremos capacitados en el tema en cuestión. Y aunque hay que ser ingenuo para creerlo, la mayoría hacemos la vista gorda porque el brillo de lo inmediato, con poco esfuerzo y escaso compromiso, sintonizan con la idiosincrasia actual que vive en la superficie de las cosas.

Por ello, el solo hecho de dedicar tiempo a contextualizar y profundizar es una actitud salmonera, de ir contra la corriente, pero no por capricho, sino porque demuestra un anhelo por volver a la fuente.

Desde la visión ayurvédica la energía vatta es la energía que lleva al movimiento, está compuesta de aire y éter. Esta fuerza nos lleva a estados cambiantes, activa nuestra imaginación y creatividad, nos saca del estancamiento, pero a la misma vez no nos permite crear raíz. Esta es la vida que llevamos hoy, el del me gusta y en 1` me gusta otra cosa, pero la relación con el compromiso y con el entendimiento profundo de lo que hago y por qué lo hago, se ha quedado en pensamientos de mentes antiguas y obsoletas.

Solo por el mero hecho de compartir contigo lo feliz que soy con mi práctica y mi estilo de vida, es que en cada clase trato de ir un poco más allá. Para mí el Yoga no es una asana, ni una técnica de pranayama que me ayuda a calmar la mente, hay una gran profundidad en todo lo que hacemos y cada año trato de avanzar en la metodología que uso para que puedas disfrutar, aprender, entender e interiorizar todo lo que hacemos en cada clase. Es mi deseo que cada año te encuentres más cerca de ti mismo y te permitas conocerte con más claridad y sacar capas que envuelven tu verdadera esencia.

Así que espero que, aunque todos llevemos una vida Vatta, como dice el ayurveda, podamos juntos este nuevo ciclo que comenzamos, crecer y permitirnos profundizar más en nosotros mismos. Desde el amor y la gratitud hacia el regalo más hermoso que tenemos que es ESTAR VIVOS.

Y por último, quiero agradecer la colaboración de Laura León Tablado, como profesora de Amantes del yoga desde hace ya un año, es un placer que puedas disfrutar de las enseñanzas de este hermoso estilo de vida que es el yoga y el Ayurveda y de gente tan linda y llena de vida!!

¡Feliz vuelta a Clase!!

Namaste.

Con amor, Manshat Kaur.

Mi vida en un Minuto,
Mi vida Vatta

Yoga

Los tiempos que vivimos pueden calificarse de diversas maneras, y desde una perspectiva sociológica me parece apropiado hablar de la “cultura del titular”, en la que todos sabemos un poco de todo, pero son pocos los que saben mucho de algo.

Otra forma de expresar la idea es que, actualmente, el deseo de profundizar es contracultural. Una prueba sintomática es que miramos por encima el periódico (digital) y nos quedamos con datos superficiales de todo el mundo, aunque en general no entramos a leer la noticia (quizá porque hay que pagar suscripción).

Sabemos que hay guerras, pero no conocemos el por qué. Sabemos quién gana las elecciones en países lejanos, pero no conocemos la verdadera vida de esos pueblos. Sabemos quién ganó el partido, pero no vimos el partido….

A la vez, en las redes sociales encontramos técnicas mágicas para solucionar grandes problemas, en videos de 1´ hallamos claves y tips que van desde la felicidad y la ansiedad, hasta perder peso o criar hijos, pasando por un huerto orgánico en tu balcón.

Si hablamos de Yoga, también nos quedamos con técnicas sueltas, ofrecidas al por mayor, ya sea ásanas o pranayama, consejos de meditación o frases celébres que, en nuestra ilusión de inmediatez, esperamos que milagrosamente cambien nuestros patrones arraigados durante vidas.

Así, la mente divagadora que se manifiesta en su apogeo en este momento histórico encuentra su mejor y camuflado aliado en material efímero y superficial que nos habla de, irónicamente, aquietar la mente.

¿Cuál es el antídoto a todo esto? Poner cada cosa en su contexto. Cada información, cada técnica, cada frase reveladora…

Si un león está en el zoológico, todavía es un león en esencia, pero es innegable que para merecer el apelativo de “rey de la selva” tenemos que verlo en su contexto original. De lo contrario, estamos ante una versión limitada del león.

De la misma forma, por ejemplo, el ásana (postura de yoga) se convierte en Yoga cuando no es un elemento aislado y va acompañado de otras técnicas y, sobre todo, de una visión espiritual o sagrada.

Actualmente, existen cursos de todo tipo (profesorados de yoga, masajes, fotografía, diseño, nutrición…) que duran pocas semanas y nos ofrecen la atractiva noción de que al hacerlo estaremos capacitados en el tema en cuestión.  Y aunque hay que ser ingenuo para creerlo, la mayoría hacemos la vista gorda porque el brillo de lo inmediato, con poco esfuerzo y escaso compromiso, sintonizan con la idiosincrasia actual que vive en la superficie de las cosas.

Por ello, el solo hecho de dedicar tiempo a contextualizar y profundizar es una actitud salmonera, de ir contra la corriente, pero no por capricho, sino porque demuestra un anhelo por volver a la fuente.

Y tú ¿Qué piensas? ¿Eres de profundizar o crees que picar un poco en cada flor es adecuado?

Desde la visión ayurvédica la energía vatta es la energía que lleva al movimiento, está compuesta de aire y éter. Esta fuerza nos lleva a estados cambiantes, activa nuestra imaginación y creatividad, nos saca del estancamiento, pero a la misma vez no nos permite crear raíz. Esta es la vida que llevamos hoy, el del me gusta y en 1` me gusta otra cosa, pero la relación con el compromiso y con el entendimiento profundo de lo que hago y por que lo hago, se ha quedado en pensamientos de mentes antiguas y obsoletas.

Solo por el mero hecho de compartir contigo lo feliz que soy con mi práctica y mi estilo de vida, es que en cada clase trato de ir un poco más allá. Para mí el Yoga no es una asana, ni una técnica de pranayama que me ayuda a calmar la mente, hay una gran profundidad en todo lo que hacemos y cada año trato de avanzar en la metodología que uso para que puedas disfrutar, aprender, entender e interiorizar todo lo que hacemos en cada clase. Es mi deseo que cada año te encuentres más cerca de ti mismo y te permitas conocerte con más claridad y sacar capas que envuelven tu verdadera esencia.

Así que espero que, aunque todos llevemos una vida Vatta, como dice el ayurveda, podamos juntos este nuevo ciclo que comenzamos, crecer y permitirnos profundizar más en nosotros mismos. Desde el amor y la gratitud hacia el regalo más hermoso que tenemos que es ESTAR VIVOS.

Y por último, quiero agradecer la colaboración de Laura León Tablado, como profesora de Amantes del yoga desde hace ya un año, es un placer que puedas disfrutar de las enseñanzas de este hermoso estilo de vida que es el yoga y el Ayurveda y de gente tan linda y llena de vida!!

¡Feliz vuelta a Clase!!

Namaste.

Con amor, Manshat Kaur.