Todo sonido es, evidentemente, vibración. Los oídos crean el sonido a partir de esta vibración, pero incluso sin oídos hay también vibración. Cada momento del día, estemos donde estemos las vibraciones de energía pueden crear un sonido que nos atraviesa, haciendo vibrar cada célula de nuestro cuerpo. Incluso en el vació las ondas sonoras vibran hacia lo más recóndito del universo, hacia el infinito.

En el cuerpo humano, las ondas vibratorias pueden hacer que el sonido tenga su efecto más pronunciado en dos de nuestros sistemas más sencibles: el neurológico y el endocrino. Las vibraciones que creamos nosotros mismos al hablar tienen efecto más directo y poderoso. Hacen vibrar al cerebro con fuerza, así como la pituitaria y el hipotálamo, situados cerca del paladar.

Cuando esto sucede, se producen efectos fisiológicos milagrosos. La vibración de la pituitaria, la glándula principal del sistema endocrino, hace aumentar notablemente la función de dicha glándula, de la misma manera que masajear un ganglio linfático potencia su función. Hacer vibrar la pituitaria aumenta su producción de secreciones, lo que a su vez optimiza la función de todo el sistema endocrino.

[box] «El sonido es un puente importante entre dos mundos, un puente entre el espíritu y la manteria. A tráves de la energía vibratoria que es el sonido, el mundo invisible puede hacerse visible y tocar este plano físico».[/box]

Cuando todos los elementos se juntan, (la asana-postura; el canto-sonido; y la actitud-meditación) y se práctica con regularidad y entusiasmo, se convierte en una práctica espiritual diaria o Sadhana El próposito del Sadhana es llegar a ese momento en que trascendemos nuestro ego y sus limitaciones. El sadhana matinal es un tiempo especial, un tiempo en el cual podemos recibir las bendiciones y la gracia de los maestros de todas las eras, más allá de las limitaciones del aquí y ahora. Es un tiemo en el que podemos sentarnos ante el altar de nuestra conciencia y tener la oportunidad de limpiar nuestro mundo interno antes de salir al mundo exterior. Nuestro ego, nuestras emociones y nuestras reacciones se rinden ante la claridad, la compasión y el compromiso de nuestro corazón. Ese es nuestro Ser superior. A medida que obtenemos, sin esfuerzo, esa claridad  y esa quietud, nos llega la percepción de Dios en Todo. Cada individuo experimenta esta percepción, de manera particular, pero esta unidad de la conciencia esta disponible para cada uno de nosotros.

Por todo esto, espero hayas podido disfrutar de esta hermosa cuarentena que hemos recorrido con el Mul Mantra  , en este maravilloso proceso que llamamos 10 Pasos hacia la Felicidad.

«Que el eterno sol te ilumine, el amor te rodee y la luz pura interio guíe tu camino.» Sat Nam.