Estamos en épocas que incitan a la melancolía, al reencuentro, a vivir en familia, disfrutar del amor con nuestros seres queridos, amigos, hijos, etc. Pero que maravilloso es poder vivir estas Fiestas desde la templanza, la observación y la instrospección en uno mismo, dando lugar a la quietud, el agradecimiento, el reconocimiento del trabajo, del crecimiento personal que se ha hecho en todo este tiempo.
Si bien es cierto que la cultura nos lleva a estar activos en reuniones y festejos, también es un muy buen momento para dedicar a estar con contacto con nosotros mismos desde una visión mas coscientes, mas plena y elevada, algo que nos ayude a preparanos para los tiempos venideros.
Adquiriendo destreza en el lenguaje de paz, aprendiendo a expresar el amor, a reconocer la presencia de Dios en todo y en todos, a reconocer la luz, la dignidad, la bondad, la pureza, la dulzura, la ternura, , la valía, la solidaridad, la responsabilidad y todos los atributos de Dios presentes en cada Ser, es como puedes aprender a sentir Gratitud, expresar Gratitud y a experimentar los milagros de la Gratitud.
«Bendigo mi maravillosa vida.
Con alegría, placer y gratitud acepto todo el bien que me ofrece la vida.
Sé que el Universo proveerá a todas mis necesidades,
que serán fuente de dicha y de gozo.
Amada divinidad te doy gracias por todas tus Bendiciones,
pero sobre todo te doy las gracias por tu amor».
Esta podría ser una manera de terminar el año, la gratitud es una herramienta muy potente para incrementar la apreciación y enriquecer lo bueno de la vida. La práctica de la gratitud es tan simple como enormes los beneficios que aporta a nivel físico y emocional. Los científicos señalan que las personas que practican la gratitud de forma consciente tienen sistemas inmunes más fuertes; presión arterial más baja; un mayor nivel de emociones positivas; mayor alegría; felicidad y optimismo, y menor percepción de la soledad y aislamiento.
Por ello hoy quiero despedir el año junto a Ustedes, quienes escucha, leen, observan, ponen en práctica, cada palabra que escribo, porque me permiten ser un canal de la Gran Sabiduría y así poder entre todos crecer juntos y elevar nuestras almas para vivir de manera mas consciente y en calma, con total plenitud en el presente que el Universo nos regala.
Hoy quiero dejarte dos obsequios para que puedas Despedir el Año con Gratitud. Ambos tienen que ver con el Sol, con esa energía que nos llena de vida, de calor, de amor y nos da Fuerzas para seguir adelante.
1) Colócate de pie, con las piernas juntas y estiradas, los brazos a lo largo del cuerpo y la cabeza ligeramente elevada, con la cara al frente. Junta las palmas de las manos en postura de oración.
2) Inhala profundamente mientras lleva las manos por encima de tu cabeza manteniendo los brazos estirados dejando que el tronco caiga ligeramente hacia atrás.
3) Exhala a medida que vas inclinando el tronco hacia delante hasta que la cabeza descanse en las rodillas y las palmas de las manos se apoyen en el suelo.
4) Inhala apoya bien las manos en el suelo y lleva la pierna derecha hacia atrás, hasta que descanse la rodilla en en suelo, la pierna izquierda permanece flexionada; el muslo en contacto con el estómago y el pecho. Permanecen en el suelo la rodilla y las palmas de las manos. Los brazos quedan bien estirados. La cara queda mirando hacia delante.
5) Exhala mientras llevas la pierna hacia atrás estirándola y juntándola a la derecha, elevando tu cadera hasta llegar a la postura del triángulo, dejando que tu cabeza descanse entre tus brazos y mantente en esta postura respirando unas tres veces con respiraciones profundas.
6) Poco a poco vez bajando la cadera llevando el pecho entre los brazos y las rodillas al suelo.
7) Inhala y activa el punto del ombligo apoyando en el suelo la pelvis arqueando suavemente el pecho y tu mirada hacia arriba en postura de la cobra.
8) Activa los pies y las manos y con la exhalación pasa nuevamente a la postura del triángulo, elevando tu cadera, relajando la cabeza entre los brazos.
9) Inhalando apoya la rodilla izquierda en el suelo, y trae hacia delante el pie derecho entre las manos, arqueando suavemente tu columna, con la mirada hacia el frente.
10) Exhala y lentamente junta ambos pies dejanto tu cabeza relajada en las rodillas.
11) Inhala y suavemente levanta el tronco llevando las manos por encima de tu cabeza y dejando caer el cuerpo hacia atrás, manteniendo los brazos extendidos.
12) Exhala y alinea tu columna con tu cabeza, manteniendo el enraizamiento hacia la tierra desde tus pies, y la conección del tope de tu cabeza con el Cielo, trae las manos en postura de oración frente a tu corazón.
Puedes repetir esta serie tantas veces como creas necesarias o como sientas que tu cuerpo va integrandose con ella. Esta simple pero completa rueda de asanas, junto a la secuencia de pranayama tonifica todos los músculos, nervios y articulaciones; dota de flexibilidad a la espina dorsal; ejerce masaje sobre los distintos órganos y vísceras; mejora el riesgo sanguineo en general; aumenta la capacidad de resistencia del cuerpo; previene contra el estrés y la ansiedad y la psicastenia; activa y calienta el organismo; estimula la atención mental y favorece la concentración.
Siente la gratitud … enfócate en lo que tienes ahora por lo cual te sientas Agradecido.
Gracias por compartir esta Sabiduria