La idea de “ir más allá de nuestra mente” forma parte de la filosofía del yoga. Descubrir el espacio de plenitud, la realidad que existe en nosotros más allá de nuestra mente es, sin lugar a dudas, el auténtico propósito del yoga. Si leemos los textos y las enseñanzas clásicas del yoga, vemos que todos ellos conducen, por medio de diferentes métodos, al reconocimiento de un estado que trasciende la mente.

¿Qué significa esto realmente?

En el comentario más importante de los “Yoga Sutras”, un texto fundamental para conocer la filosofía yóguica, el sabio Vyasa afirma: “Yoga es samadhi”. Es decir, el yoga es la absorción en un estado de absoluta plenitud que es anterior a la mente conceptual. ¿No es contradictoria la afirmación de “ir más allá de nuestra propia mente” si es precisamente esta la que nos permite “ir más allá” de sí misma? Ciertamente, todo lo que hacemos o dejamos de hacer se debe a nuestra mente. El yogui, a través de ciertas prácticas y disciplinas, va aquietando su mente hasta llevarla al estado de no mente, o bien, a un estado de no identificación con esta. Queda absorto en una conciencia libre y plena, que no está afectada por ningún movimiento mental. Es por medio de la mente que esta misma es trascendida, esta es la culminación del yoga. Hace falta entender bien que trascender la mente, o permanecer en un estado de no mente, no conduce al yogui a un estado en el que no pueda actuar, pensar adecuadamente o discernir, sino todo lo contrario: al estar establecido en la conciencia testigo, su mente tiene mucha más presencia, habilidad y luminosidad.

Hay una fase del yoga que se denomina externa (bahiranga) en la que se incluyen las posturas físicas (asanas), cierres energéticos (mudras y bhandas), ejercicios de respiración (pranayamas), dieta adecuada, conducta adecuada, etc. Todas estas prácticas externas del yoga tienen como objetivo capacitar al aspirante para la práctica del yoga interno (antaranga), que corresponde al estado en el que el yogui sigue una práctica de concentración y meditación, hasta llegar a la absorción (samadhi), que es la meta final de este camino milenario; la plenitud interior o liberación (kaivalya).

YOGA ES SAMADHI

Según la filosofía yóguica existe una conciencia que es la que permite al cuerpo, los sentidos y la mente ser conscientes. Hay una conciencia detrás de todo lo que existe. Cuando miramos algo, es el sentido de la vista, unido a la mente, el que nos permite ver; pero lo que hace posible esta experiencia es la consciencia que es consciente de todo ello. El yogui, en su proceso de interiorización, va más allá del cuerpo, de los sentidos, de la mente y del intelecto y se absorbe en aquello que es lo más esencial en todo lo que existe, la conciencia.

Todo esto lo puedes descubrir en este hermoso libro que acaba de ser publicado:

“Las bases del yoga”, de Swami Satyananda Saraswati, acaba de ser puesto en circulación por Kairós Editorial.

“El libro intenta exponer las bases de la gran tradición yóguica por medio de los textos y de las enseñanzas de los maestros más relevantes y muestra, a la vez, cómo a lo largo del último siglo esta milenaria disciplina ha ido quedando reducida a ejercicios físicos muy cercanos a la gimnasia, por no hablar del tremendo mercado que se ha generado a su alrededor en la actualidad fruto de la obsesión corporal”

Por ello te lo recomiendo, porque el YOGA no es solo ASANAS , hay un camino muy profundo de auto-conocimiento que todos deberíamos estar abiertos a transitar, y que tu maestro debería llevarte a experimentar en él.

Espero de todo corazón que pueda ser yo, en tus clases una guía y que descubras en tu despertar que no solo hay un cuerpo, somos mucho más de lo que vemos y percibimos , y, por lo tanto el camino se hace largo pero es muy hermoso cuando lo haces desde la no violencia, (ahimsa) desde el respeto y desde la escucha, para llegar a SAMADHI.