El Yoga en Otoño.

Los ciclos de la naturaleza marcan el ritmo de nuestras vidas, cada estación genera una energía, originando que la actividad se ajuste a esos cambios. La llegada del otoño nos induce a restaurar el equilibrio, tanto externo como interno, preparándonos para el largo invierno.

Según la medicina tradicional china el Metal es su elemento y está relacionado con la transformación interior del individuo, para crear una relación más sana con lo que le rodea. Es el momento de eliminar lo innecesario y guardar sólo lo que nos hará falta para afrontar la estación más fría.

Toca poner orden y pueden aparecer emociones como la melancolía, o la tristeza, a las que debemos dar desahogo y después dejarlas ir, para establecer un espacio nuevo. Disminuyen las horas de luz, las temperaturas bajan y el cuerpo, que es muy sabio, pide intuitivamente recogimiento.

Los órganos asociados al otoño son el pulmón y el intestino grueso. Conviene fortalecerlos a través de una buena alimentación y la práctica de pranayamas, para poder abordar los trastornos del sistema respiratorio propios del cambio estacional con éxito.

La práctica de Yoga te ayudará a estar presente en cada momento de esta transición. Teniendo en cuenta la necesidad de recogimiento y contracción otoñales, te propongo tres posturas que te conectarán con su energía.

Bhaddha Konasana, traducida como “postura del cierre completo”, es exactamente eso, un cierre que flexiona tu columna, abre las caderas y relaja el vientre profundamente. Es una asana de interiorización que crea una bonita sensación de intimidad, invita al silencio y a llevar la mirada hacia adentro para escucharte con más atención.

Sientate con la columna recta y junta la planta de los pies lo más cerca de tus ingles. Siente que la postura es relajada, aunque activa y desde allí tomate con tus manes de tus pies y sin doblar la columna inclinate hacia delante permitiendo que tus caderas se abran, y que se alargue tu columna desde el coxis, sin crear tensión en tus hombros, y cuello. Deja alineada tu cabeza con tu columna y desde allí resipra profundamente.

Pachimottanasana, o “postura del libro”. Proporciona un intenso estiramiento de la parte posterior del cuerpo, a la vez que relaja la anterior, suavizando abdomen, corazón y rostro. En la quietud de este asana sólo se mueve la respiración; genera calma, pacifica y favorece el sueño profundo.

Sientate con la columna recta y estira tus piernas, enraizando la postura desde tus isquiones, alarga la columna he inclinate hacia delante sintiendo que ese alargamiento comienza desde tu cadera, (un error grave es acercar la frente a las rodillas dejando tu columna doblada) y desde alli respira larga y profundamente, observando como el trabajo de respiración más el mudra de tus manos y la postura de tu cuerpo se vuelven uno, sin crear resistencia, dejando que el proceso suceda sin esfuerzo.

Chaturanga Dandasana o “postura de la Plancha”. Este asana de fuerza trabaja intensamente la contracción muscular, conectándote con la contracción que se produce en el otoño trabajada desde la presencia. Te aportará fortaleza física y también de espíritu.

Sientate en postura de roca, (sobre tus talones), estira tus manos hacia delante y ponlas en el suelo con los dedos abiertos a la altura de tus hombros . Una vez activos tus brazos y manos, activa tu abdomen y estira tus piernas alargando tu cuerpo, dejando todo el peso entre tus manos y dedos del pie. Es importante que intentes mantener alineada tu columna y no colapsar tu cuello. Tu cabeza sigue la alineación de tu cuerpo. Desde esta postura respira largo y profundo.

Espero que puedas disfrutar de cada Asana y sentir el Otoño, la transformación en tu interior.

Sat Nam.

Manshant Kaur

Imagenes: aomm.tv