Es nuestro estómago, el órgano que digiere nuestros alimentos. Pero simbólicamente es mucho más que eso. Nuestro estómago, es el órgano que se lo traga todo: ideas, experiencias, vivencias, alegrías, tristezas, éxitos, fracasos, etc. Por lo tanto, el estómago siempre permanece abierto a todo aquello que traguemos (vivamos), pero es importante tener el cuenta, que no siempre somos capaces de «digerir» lo que vivimos, y no siempre, nuestro estómago es capaz de procesarlo simbólicamente.

El sentido biológico del aparato digestivo es la aceptación, por lo tanto, un elemento que nos puede afectar es no aceptar los hechos que nos ocurren a diario, no ser tolerantes, pacientes o comprensivos. O bien, aceptar lo que ocurre pero «no tomarlo» positivamente.

Qué conflicto emocional estoy viviendo?

 Conflicto de digerir la situación (lo vivido, lo ocurrido). ó  La falta de… (No hay nada nuevo, no ocurre nada).

Resentir:

«Quiero evitar algo que me imponen», «No puedo digerir la situación que me imponen».

La incapacidad para asimilar lo nuevo, la incapacidad de digerirlo, temer a lo nuevo o la falta de aceptación por los cambios o lo nuevo, nos lleva a sufrir indigestión. Otro factor que puede afectar nuestro estómago, es el miedo o terror a los cambios y a las cosas nuevas en nuestra vida, sumando también nuestra costumbre de quejarnos por todo. Sin duda con estas actitudes el único afectado, será nuestro estómago.

Todos los problemas del estómago se relacionan en forma directa con la dificultad para aceptar o digerir a una persona o a un acontecimiento. La persona que los padece manifiesta intolerancia y temor ante lo que no es de su agrado. Se resiste a las ideas nuevas, sobre todo a las que no proceden de ella. Tiene dificultad para adaptarse a alguien o a algo que va contra sus planes, sus hábitos y su manera de vivir. Tiene un crítico interior muy fuerte que le impide ceder y dejar hablar a su corazón, al cual no quiere aceptar incondicionalmente. Es posible que también se acuse a sí misma de falta de audacia.

El mensaje que recibes de tu estómago es que dejes de querer controlarlo todo, resistiéndote a las ideas de otros. En lugar de creer que eres incapaz de cambiar a los demás o a una situación determinada, toma conciencia de tu propia capacidad para hacer tu vida. Confía más en los demás, de la misma forma que debes confiar en que tu estómago es capaz de digerir tus alimentos. No necesitas decirle a tu cuerpo cómo ser un cuerpo ni cómo digerir. Lo mismo sucede con tu entorno. Todos y cada uno tenemos una manera diferente de ver la vida. No es casualidad que el estómago esté ubicado en la región del corazón. Debemos aceptar a todos con amor, es decir, aceptar las particularidades de todos y cada uno. Los pensamientos que alimentas del tipo «es injusto», «no es correcto», «es idiota», etc., no te benefician: bloquean tu evolución, así como tu estómago bloquea la digestión. Si te vuelves más tolerante hacia los demás, tolerarás mejor los alimentos que ingieres.

 

Una de las maneras más simples para aliviar tu estómago de la carga que le producen tus emociones y tus alimentos es la respiración consciente, es decir respiraciones profundas ocupando tu máxima capacidad pulmonar, o bien realizar una serie de ejercicios de pranayama en donde el trabajo de respiración por un determinado tiempo pueden aliviar tu organismo.

Un ejercicio de pranayama para desintoxicar y limpiar el orgánismo es la «respiración de fuego»

Con Amor…Manshant Kaur.